En esta columna quiero escribir sobre el porvenir en cuanto a los bienes raíces en México, ya que como es sabido el primero de octubre del presente año tendremos a la primer mujer presidenta del país; aquí no quiero entrar en polémica sobre si el lector apoya o no a la ciudadana electa. Simplemente acabo de ver una reunión que tuvo ella con el Consejo Coordinador Empresarial como invitada a la reunión de este.
Creo en lo personal que los que estamos en este ramo tenemos un potencial enorme para desarrollar nuestros negocios, ya que por lo que veo esta muy decidida a cumplir las promesas que hizo en campaña, esto abrirá un desarrollo económico que llevará a que más gente quiera comprar una vivienda, un terreno, un local comercial, una bodega, pero también se abre el potencial para las empresas que se dedican a construir plazas comerciales, naves industriales, incluso obra civil.
Por esto me llena de ilusión estar en este momento de la historia de nuestro país. Creo que si dejamos de lado los colores políticos que tengamos y abrirnos a ver las oportunidades que se van a presentar podemos tener oportunidades como nunca las hemos tenido. Tenemos que ser proactivos, prepararnos para cuando las oportunidades se presenten frente a nosotros poder aprovecharlas.
En lo personal soy dueño de una microempresa una inmobiliaria en la ciudad de Aguascalientes que por poco más de quince años hemos podido salir adelante y crear valor para nuestro estado. Con esos años de experiencia sabemos en la empresa que podemos crecer de manera que podamos situarnos como lideres del mercado inmobiliario local.
Creo que también el sureste del país tiene gran potencial para el ramo inmobiliario, es un buen momento para invertir ya sea para lo turístico o para lo industrial, ya que el corredor interoceánico y el tren maya representan una gran oportunidad, pero también en el norte o en el centro. Con la relocalización de las empresas tenemos grandes oportunidades de negocios inmobiliarios pero sin caer en la especulación porque eso hace mucho daño al mercado.
En cuanto a la construcción de viviendas, sobre todo de interés social, sería muy bueno que se lleve un buen plan de crecimiento de las ciudades porque por todo el territorio mexicanos nos encontramos con desarrollos abandonados que se vuelven un problema y un foco de infección. Esto pasa porque se construyen fraccionamientos que quedan lejos de las fuentes de trabajo, que no tienen transporte público, además de que tampoco cuentan con escuelas o servicios básicos.
De este tipo de viviendas muchas veces llegan personas a la oficina queriendo deshacerse de ellas porque les representan un problema ya que normalmente las siguen pagando vía nomina por medio de Infonavit.
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